El Gobierno chino convoca al embajador noruego

Los defensores de los derechos humanos en China han recibido un espaldarazo, soñado desde hace años. El Comité Noruego de los premios Nobel otorgó el de la Paz al disidente chino encarcelado Liu Xiaobo, de 54 años, un incombustible luchador por la defensa de las libertades y la democracia, que fue condenado en diciembre pasado a 11 años de prisión por su activismo, en particular por su papel en la redacción de la Carta 08, un manifiesto que pide profundas reformas democráticas, hecho público en diciembre de 2008. El Gobierno chino reaccionó con furia y calificó la elección de obscena, mientras que el presidente estadounidense, Barack Obama, premio Nobel de la Paz en 2009, pidió la liberación de Liu tan pronto como sea posible.

La elección de Liu supone un serio revés para Pekín, especialmente cuando busca ocupar un mayor papel en la escena internacional bajo sus mantras de un ascenso pacífico y un mundo armonioso. El Gobierno, que ha presionado desde hace meses para evitar su nombramiento, respondió iracundo y dijo que el comité noruego había «violado» la integridad del Nobel de la Paz. «Liu Xiaobo es un criminal que ha sido sentenciado por la Justicia china por violar la ley (…) Las acciones (de Liu) son diametralmente contrarias a los principios del premio Nobel (…) Esto es una obscenidad contra el premio de la Paz», declaró el Ministerio de Exteriores en un comunicado. El Ejecutivo chino ha convocado al embajador noruego para trasmitirle personalmente la protesta.

El presidente del comité noruego, Thorbjoern Jagland, dijo que ignorar la situación de los derechos humanos en China habría minado la autoridad del premio. «Debemos hablar cuando otros no pueden hacerlo», declaró a Reuters. «A medida que China asciende, debemos tener el derecho a criticar». Jagland afirmó que China debe ser objeto de mayor escrutinio a medida que se hace más poderosa, de la misma forma que le ocurrió a Estados Unidos tras la II Guerra Mundial.

Pekín añadió que la concesión del galardón a Liu dañará las relaciones con Noruega, con quien está negociando actualmente un acuerdo comercial bilateral. Oslo replicó que sería mezquino que una potencia mundial hiciera esto, y que las posibles represalias teñirían la reputación de China. 

Posible retraso del tratado de libre comercio

La concesión del Premio Nobel de la Paz al disidente chino podría tener importantes consecuencias en las relaciones comerciales entre los dos países, ya que el acuerdo de libre comercio se encuentra en plena negociación. China, la segunda economía del mundo, está hambrienta de carburantes y gas que el país europeo le puede proporcionar, por eso ese acuerdo era prioritario para la economía asiática. Mientras que Noruega importa un gran volumen de productos de China.

«En el mejor de los casos veremos cómo se retrasará el acuerdo, y en el peor, quedará congelado», ha asegurado Kristian Berg Harpviken, director del Instituto noruego PRIO. Pero también se han elevado voces que aseguran que la postura del país asiático todavía se puede suavizar. «China es tan dependiente del comercio con Occidente como Occidente depende de China para el comercio «, ha dicho Jan Egeland, jefe del Instituto de Relaciones Exteriores de Noruega.


La Carta 08

La elección de Liu, que fue detenido en vísperas de la publicación de la Carta 08 , focalizará la atención internacional sobre la situación de los derechos humanos en el país asiático y el encarcelamiento de otros activistas, en un momento en el que muchos gobiernos -entre ellos, el de Estados Unidos- han suavizado sus presiones sobre Pekín en esta cuestión, ante la pujanza de la economía china.

Una Carta con aires checoslovacos

La Carta 08, publicada coincidiendo con el 60º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 2008, pide reformas políticas y propone una serie de medidas para mejorar las libertades en China, como democracia legislativa, un sistema judicial independiente, libertad de religión, asociación y prensa, y el fin del partido único. Inicialmente firmada por 300 personas -entre ellas, escritores, abogados, profesores y periodistas-, ha sido ya suscrita por más de 10.000, según China Human Rights Defenders, una red de activistas Localizados tanto dentro como fuera de China.

El documento se inspira en la Carta 77, impulsada en la antigua Checoslovaquia por los críticos con el entonces Gobierno comunista del país europeo, entre ellos Vaclav Havel, quien más tarde se convertiría en presidente de República Checa.

La trascendencia histórica de aquel documento europeo explica el nerviosismo que la Carta 08 ha despertado entre las autoridades chinas, obsesionadas por mantener el control político absoluto y lo que consideran la estabilidad del país para continuar el proceso de apertura y desarrollo económico, lanzado hace tres décadas.

El 8 de diciembre de 2008, un día antes de que fuera hecha pública la carta china, Liu Xiaobo fue detenido. Tras su desaparición, más de 150 escritores, académicos y otros intelectuales de todo el mundo, incluidos tres premios Nobel de Literatura (Seamus Heaney, Wole Soyinka y Nadine Gordimer) y los autores Salman Rushdie y Umberto Eco, dirigieron una carta al presidente chino, Hu Jintao, pidiendo su liberación.

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