Las zonas francas de Bogotá, llave para atraer inversores extranjeros

Servicios, biotecnología, manufacturas e infraestructuras son las áreas de negocio que ofrecen mejores oportunidades a los empresarios, por los incentivos laborales.

Servicios, biotecnología, manufacturas e infraestructuras son los sectores estratégicos de Colombia que mejores oportunidades de negocio ofrecen para los inversores extranjeros, según afirmó el director ejecutivo de Invest in Bogotá -una filial de la Cámara de Comercio del país andino-, Juan Gabriel Pérez, en el último Foro Iberoamérica Empresarial, organizado por EXPANSIÓN con el patrocinio de Ontier Internacional y de Llorente & Cuenca, celebrado en Madrid.

Pero, ¿por qué los empresarios españoles deben invertir en la capital colombiana? Pérez indicó que «Bogotá es una ciudad joven, diversa, moderna, un referente cultural y turístico». «La capital está creciendo», aunque no al ritmo de los años precedentes. En 2014 el crecimiento del PIB superó el 4,5%, frente al 4,9% registrado en 2013. Además, «la ciudad tiene 115 entidades de educación superior, 14 humedales y más de 5.000 parques», añadió.

Pérez, también, presumió de que «Bogotá es el principal hub -plataforma logística- de carga de América Latina y es el tercer país con el mayor número de pasajeros que se mueve en los aeropuertos de la zona latinoamericana». Las importaciones y las exportaciones de Colombia se concentran, sobre todo, en la capital, al representar el 19,3% y el 17,6%, respectivamente.

De los sectores estratégicos, el de servicios tiene un peso importante, ya que supone el 62% del PIB nacional. Una cifra que asciende al 80% si se incluye el comercio.

La Inversión Exterior Directa (IED) en Colombia creció un promedio del treinta por ciento anual, en turismo, infraestructura y servicios, entre otros. España es la segunda nación que más recursos desembolsa en el país que preside Juan Manuel Santos, solo por detrás de Estados Unidos. Francia, Alemania y Chile ocupan la tercera, la cuarta y la quinta posición, respectivamente. «Esto demuestra que existe un interés importante por parte de los países europeos», comentó Pérez.

Los empresarios que no estén seguros de invertir o emprender nuevos negocios en Colombia pero quieran acercarse al mercado del país latinoamericano pueden utilizar las zonas francas como mecanismo.

«Son un gran instrumento para las empresas que deseen transformar bienes y servicios en un área geográfica específica sin estar sujetos al régimen tributario normal de un Gobierno nacional», manifestó el director ejecutivo de Invest in Bogotá. Esto es, mientras que las compañías colombianas y las foráneas pagan un 34% de impuestos sobre la renta (IRS), las entidades instaladas en las zonas francas desembolsan apenas un 15%.

Por ejemplo, si una empresa española se asienta en una zona franca puede vender el 100% de sus productos al extranjero sin pagar tributos aduaneros. Y si en algún momento decide vender sus mercancías en el mercado local, también, lo puede hacer si paga los impuestos que no desembolsó mientras se benefició de las condiciones de la plataforma logística.

Por su parte, la asesora de ProColombia en España, María del Pilar Olloqui, recalcó que estas áreas de industrialización son una buena oferta para los inversores porque «no pagan tributos aduaneros y se benefician de los incentivos del mercado laboral, como la reducción de impuestos». Olloqui señaló que «con una tasa de desempleo del 9,1%, un PIB superior al 4,5% y un notable crecimiento de la clase media, Colombia es un aliado estratégico para las empresas internacionales».

El moderador del Foro, Severino Fernández, consejero delegado de Ontier, concluyó: «Colombia ofrece oportunidades y seguridad jurídica».
La capital colombiana, una potencial ‘ciudad reputación’

«Bogotá debe aprovechar los megaproyectos de infraestructuras que le aparecerán por delante a corto y largo plazo», afirmó el director corporativo de innovación de Llorente & Cuenca, Jorge Cachinero. «La capital colombiana podría convertirse en una ‘ciudad reputación’ como Ciudad de México, que pasó de ser una ciudad insegura a ser un atractivo para el turismo, la gastronomía y las inversiones, o Medellín, que pasó del narcotráfico a una metrópoli emprendedora, innovadora y que apuesta por las nuevas tecnologías», añadió. Cachinero habló de la reputación de las ciudades como algo fundamental para construir su propia entidad, vocación y visión de futuro. «Vivimos en la economía de la reputación. Construimos mercados competitivos en torno a la reputación y no a los bienes y servicios».

Para el profesor del IE Business School, esta virtud se construye «sabiendo movilizar a los ‘skateholders’ -partes interesadas de una empresa-, que son el motor de la transformación de las grandes urbes».

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