¡Cambia tus palabras, cambia tu mundo!.
El lenguaje actúa como creador de realidades y no sólo como herramienta descriptiva. Por tanto, el lenguaje es entendido como equiparable a la acción, y con base a su capacidad constructiva se convierte en una herramienta creeadora de realidades. Hipótesis de Sapir-Whorf. Existe una cierta relación entre las categorías gramaticales del lenguaje con las que una persona se expresa y la forma en que la persona entiende y conceptualiza el mundo. También se conoce a esta hipótesis como PRL (Principio de Relatividad Lingüística).
El movimiento del lenguaje políticamente correcto considera que si se llega a modificar los términos “clásicos” impregnados de connotaciones, se podría llegar a cambiar las ideas preconcebidas y, como consecuencia, conseguir una mayor integración de los grupos con poco poder social. El substrato de lo anterior se refleja de manera diáfana en la siguiente frase:
Informal slang term (sustantivo peyorativo en inglés. persona de color)
“Los pensamientos llevan a sentimientos, estos llevan a acciones y éstas a resultados”
La frase “Politically Correct o Políticamente Correcto” surgió en Estados Unidos como un intento de eliminar del lenguaje toda expresión que pudiera reflejar desprecio o burla hacia grupos minoritarios o en posición de desventaja física, psíquica o social.
Hoy es raro encontrar un texto en inglés en el que no aparezca alguna expresión del tipo de cosmetic deficiency (por ‘fealdad’), economic deprivation (por ‘pobreza’), knowledge deficit (por ‘ignorancia’), large (por ‘obeso’), mentally challenged o mentally disabled (por ‘retrasado mental’ o ‘deficiente mental’), to put to sleep (por ‘matar’), vertically compromised overtically challenged (por ‘bajo’), vertically enhanced (por ‘alto’), visually challenged (por ‘miope’ o ‘ciego’, según el contexto) y muchas más.
Algunos de estos eufemismos se han impuesto ya de forma abrumadora en el uso y no llaman apenas la atención, como es el caso de gay (por homosexual), to make love (por to have sexual intercourse), Native American (por Red Indian, para referirse a los indios norteamericanos) o Afroamerican (por Black, para referirse a los negros estadounidenses).
En el arte de la Diplomacia los eufemísmos y la perífrasis son elementos esenciales; puede que la atención a la forma en el uso del lenguaje tenga un peso específico en la actividad diplomática que no se puede predicar en otras disciplinas. En todo caso, el lenguaje está al servicio de cualquiera. La precisión léxica permite ser claro sin por ello ser grosero.
No es raro acusar a los diplomáticos o personas con tacto y mano izquierda de quedar bien con todo el mundo, -cómo si fuera algo execrable, dicha actitud-,
se trata de defender férreamente los intereses nacionales en el marco de unas relaciones cordiales, en las que la existencia de diferencias de opinión no se traduzca en un enfriamiento de las relaciones. Buscar la palabra justa y precisa puede evitar conflictos y malentendidos internacionales, de ahí que sea muy habitual los eufemismos y la correción política en las Relaciones Internacionales y en la Diplomacia. Se puede extrapolar la susodicha finalidad a las relaciones personales o laborales, después de todo nos rige la máxima lapidaria “Haced gala de vuestra buena crianza”.
La persona “correcta políticamente”, esquiva cuidadosamente cualquier cosa que pueda causar todo choque de opinión o colisión de sentimientos; toda restricción o prohibición; toda sospecha o resentimiento.
Es tierna con el vergonzoso, gentil con el esquivo y compasivo con el irracional. Evita toda alusión o tema que pueda irritar, trata de no sobresalir y de no ser aburrida.
Una persona que actua con correción política es tan sutil haciendo favores que pareciera que -por el contrario- estuviera recibiéndolos.
Nunca habla de sí misma, excepto cuando se ve obligada a hacerlo, nunca se defiende por mera réplica, hace oídos sordos frente a la calumnia o difamación, es escrupulosa en poner por qués a aquellos que interfieren con ella y siempre intenta interpretar todo para bien.
Tiene un gran sentido común para afrontar los insultos, no hay lugar en sus pensamientos para recordar injurias y es demasiada indolente para soportar la maldad.
Sabe -en cuanto a principios filosóficos- ser paciente, abstenerse o resignarse, se expone al dolor porque es inevitable, al despojo porque es irreparable y a la muerte porque es su destino.
Su intelecto disciplinado le protege de la descortesía de aquellos que creen ser mejores, aunque menos educados, y quienes como armas de puntas romas desagarran con sus palabras en vez de cortar limpio.
Su opinión puede estar acertada o bien equivocada, pero es demasiado astuta como para cometer alguna injusticia.
Puede ser tan cándida y simple como enérgica y tan concisa como determinante.
La técnica para expresar este disimulo y evadir el rechazo o incomodidad en quien habla y/o escucha puede ser semántica o formal.
Así existen procedimientos semánticos tales como:
- La sinonimia: es una figura retórica que consiste en la acumulación reiterada en el uso de sinónimos. Su objetivo es aumentar la precisión descriptiva, v.gr. purgar por ‘reprimir’.
- El circunloquio y la perífrasis: la perífrasis o circunloquio es una figura retórica que consiste en utilizar más palabras de las necesarias para expresar una idea o concepto. v.gr. persona de movilidad reducida por ‘tullido’,
- La sinécdoque: el sinécdoque es una Figura Retórica que consiste en expresar la parte de un objeto por el todo o el todo por la parte. v.gr. Tiene quince primaveras (años).
- La antonomasia meliorativa (carrera u oficio por ‘prostitución’),
- La metáfora: es una figura retórica que consiste en expresar un concepto con un significado distinto o en un contexto diferente al que es habitual. v.gr. Murallas azules, olas, del África van y vienen.
- El cultismo: (Euménide por ‘Furia’),
- La antífrasis: es una figura retórica relacionada con la Ironía que consiste en poner a algo o alguien un adjetivo que indique la cualidad contraria a la propiav.gr. pacificación por ‘aplastamiento militar’.
- La litote: la figura retórica de Lítotes (o Atenuación) consiste básicamente en decir menos para decir finalmente más. v.gr. no apto, por ‘suspenso’, no fue poco lo que hablaron…
- La negación: v.gr. invidente por ‘ciego’.
- El tecnicismo o el extranjerismo, v.gr. water, toilette.
- El uso de expresiones comodín como “eso” o “aquello que te dije”, etc.
También se emplean procedimientos formales:
- fonéticos de semejanza o supresión
- morfológicos
- sintácticos de atenuación o litotes, elipsis, zeugma etc.
- gráficos o no estrictamente lingüísticos.
La idea de emplear un lenguaje y unos gestos que no ofendan a la gente por su condición sexual, religiosa o su procedencia es positiva, de hecho, la corrección se tiene muy en cuenta. Se mira con lupa. Por ejemplo, a la hora de planificar un discurso electoral o un debate ante los medios de comunicación. Se calcula y ensaya el contenido, la puesta en escena, el lenguaje verbal y corporal.
Cometer un error con sectores sociales vulnerables es un lamentable desacierto por un político o estadista. Hay una preocupación constante por no ofender en materia de religión e inmigración. No nace como algo natural, sino que tiene un punto preventivo que obliga a revisar el discurso, ¿Qué es lo que más les cuesta corregir, desde la dialectica y el protocolo a los oradores? Sin duda, el sexismo, -opinan los expertos que asesoran en imagen y oratoria-. No se dan cuenta. Hay que estar muy encima, porque prevalece el punto de vista androcéntrico. Al hablar, se nota muchísimo cuando, en vez de ver la diversidad, vemos un hombre. Es patente cuando se habla con total naturalidad de los derechos del hombre, en vez de los derechos. El lenguaje puede conducir al reduccionismo. Ocurre igual cuando se abordan cuestiones territoriales, ahí es fácil pensar en gente que vive en ciudades, y obviar el mundo rural.
El político que mejora en esto es valorado, empero, en otros casos por hablar correctamente parece vacío, y la consecuencia es que la gente cree que no tiene ideas, dicha prejuicio cognitivo se aprecia en el día a día, se acusa y prejuzga al individuo que procura hablar con correción, pues, se desprende o deduce erroneamente que oculta algo.
El político que mejora en esto es valorado, empero, en otros casos por hablar correctamente parece vacío, y la consecuencia es que la gente cree que no tiene ideas, dicha prejuicio cognitivo se aprecia en el día a día, se acusa y prejuzga al individuo que procura hablar con correción, pues, se desprende o deduce erroneamente que oculta algo.
Un origen muy escurridizo
“Intentar definir la corrección política es como tratar de escribir una historia neutral sobre Oriente Próximo”, advierte el periodista de la BBC Edward Stourton en su libro It’s a PC World (Un mundo políticamente correcto). A pesar de ello, hay cierto consenso respecto a cómo se ha ido utilizando la expresión a lo largo del tiempo:
La corrección de Mao. Final de los años sesenta en Estados Unidos. Las universidades hierven. Una juvenil izquierda queda fascinada por El libro rojo de Mao, que se convierte en fenómeno editorial. En él se alude (o más bien se prescribe) a cuál es la línea ideológica “correcta”.
Una broma feminista. En los años ochenta, la expresión devino en una burla interna entre las feministas de Estados Unidos que cuestionaban la postura más ortodoxa del movimiento, por ejemplo, el llamado grupo antipornográfico, que condenaba las prácticas sexuales minoritarias de otras mujeres -sadomasoquistas, por ejemplo-.
Derechización. Con el desmoronamiento del comunismo, a finales de los ochenta y principios de los noventa, la derecha utiliza el término para atacar a las corrientes de izquierda. Les acusa de radicales y considera que la corrección abusa de la libertad de expresión para intentar enmascarar así la intolerancia de la izquierda.
Hoy. El término y el uso de la corrección política se han extendido, para designar al lenguaje y las actitudes que buscan no ofender a ningún colectivo social.
Al igual que las comunidades que las utilizan, las lenguas son entidades cambiantes o, como ya lo decía Ferdinand de Saussure, ríos que fluyen, con mayor o menor velocidad, incesantemente. Y estos cambios se deben a diversos motivos enmarcados en cuestiones geográficas, en la diversidad cultural de los países y regiones, en sus acontecimientos sociales, políticos, económicos, tecnológicos, etc. Es por ello que, con el transcurrir del tiempo, una misma lengua puede tomar caminos un tanto diversos en distintas regiones.
Los insultos y los términos vulgares (que no siempre son insultos) parecen ser un común denominador de todas las lenguas y, dentro de cada comunidad lingüística, de todos los estratos sociales. Sus orígenes vienen de la mano de la génesis misma de las lenguas y de la propia naturaleza de los hablantes, quienes encuentran en ellos una de las formas más primitivas de referirse a ciertas realidades del mundo que los rodea, en especial a aquellos temas que son considerados tabúes para la sociedad. Sin duda, es el sexo y sus temas afines los que parecen ser la mayor fuente de inspiración para la creación del más bajo registro lingüístico de la comunidad.
Desde el punto de vista psicológico, el insulto, por ejemplo, es la manifestación explícita de cierta carga agresiva de la persona que lo profiere. Ciertamente constituye una de las formas más directas de exteriorizarla y suele presentarse como reacción o respuesta inmediata a la causa que lo genera.
El eufemismo es una manifestación decorosa cuya expresión más directa y franca sería muy dura o sonaría mal. Es un término políticamente correcto y se utiliza en reemplazo de otro más ofensivo, zafio o tabú, a saber;
El eufemismo es una manifestación decorosa cuya expresión más directa y franca sería muy dura o sonaría mal. Es un término políticamente correcto y se utiliza en reemplazo de otro más ofensivo, zafio o tabú, a saber;
- Daño colateral = víctimas civiles de guerra
- Reajustar precios = subir precios
- Flexibilidad en el despido = despido
- Falta de Liquidez = quiebra
- Suspensión de pagos = No hay más dinero para personal o acreedores
- Regulación de plantilla = reducción de plantilla
- Desaceleración controlada = hundimiento inmobiliario y de otros sectores empresariales.
- Técnicas avanzadas de interrogatorio = torturas
- Limpieza étnica = genocidio
- Teatro de operaciones = campo de batalla
- Ministerio de defensa = de la guerra
- Acción armada = atentado
- Combatientes enemigos ilegales = Prisioneros de guerra
- Establecimiento penitenciario = cárcel
- Recluso o Interno = preso
- Servicio de inteligencia = espionaje
- Funcionario de prisiones = carcelero
- Trafico de influencias = soborno
- Desaceleración = crisis
- Neutralizar/desactivar = dejar fuera de juego
- País en vías de desarrollo = país pobre
- De color = negro
- Ideal parejas = piso diminuto
- Faltar a la verdad = mentir
- Residuos sólidos urbanos = basura
- Tercera edad = vejez
- Cese temporal de convivencia = divorcio
- Pasar a mejor vida = morir
- Persona robusta = gorda
- desinversión en recursos humanos = despidos
- Evolución positiva de la tasa de desocupación = Paro
- Prorroga unilateral en los plazos de devolución de los préstamos = Morosidad
- Desaconsejar=prohibir
- Relaciones impropias=adulterio
- Relevo=cese
Y para terminar con una sonrisa, el cuento de caperucita roja en lenguaje Políticamente Correcto para niños/as políticamente correctos/as:
Érase una vez una persona de corta edad llamada Caperucita Roja que vivía con su madre en la linde de un bosque. Un día, su madre le pidió que llevase una cesta con fruta fresca y agua mineral a casa de su abuela, pero no porque lo considerara una labor propia de mujeres, atención, sino porque ello representaba un acto generoso que contribuía a afianzar la sensación de comunidad. Además, su abuela no estaba enferma; antes bien, gozaba de completa salud física y mental y era perfectamente capaz de cuidar de sí misma como persona adulta y madura que era.
Así, Caperucita Roja cogió su cesta y emprendió el camino a través del bosque. Muchas personas creían que el bosque era un lugar siniestro y peligroso, por lo que jamás se aventuraban en él. Caperucita Roja, por el contrario, poseía la suficiente confianza en su incipiente sexualidad como para evitar verse intimidada por una imaginería tan obviamente freudiana. De camino a casa de su abuela, Caperucita Roja se vio abordada por un lobo que le preguntó qué llevaba en la cesta.
Un saludable tentempié para mi abuela quien, sin duda alguna, es perfectamente capaz de cuidar de sí misma como persona adulta y madura que es -respondió.– No sé si sabes, querida -dijo el lobo-, que es peligroso para una niña pequeña recorrer sola estos bosques.
Respondió Caperucita:
Encuentro esa observación sexista y en extremo insultante, pero haré caso omiso de ella debido a tu tradicional condición de proscrito social y a la perspectiva existencial -en tu caso propia y globalmente válida- que la angustia que tal condición te produce te ha llevado a desarrollar. Y ahora, si me perdonas, debo continuar mi camino.
Caperucita Roja enfiló nuevamente el sendero. Pero el lobo, liberado por su condición de segregado social de esa esclava dependencia del pensamiento lineal tan propia de Occidente, conocía una ruta más rápida para llegar a casa de la abuela. Tras irrumpir bruscamente en ella, devoró a la anciana, adoptando con ello una línea de conducta completamente válida para cualquier carnívoro.
A continuación, inmune a las rígidas nociones tradicionales de lo masculino y lo femenino, se puso el camisón de la abuela y se acurrucó en el lecho.
Caperucita Roja entró en la cabaña y dijo:
Abuela, te he traído algunas chucherías bajas en calorías y en sodio en reconocimiento a tu papel de sabia y generosa matriarca.
Acércate más, criatura, para que pueda verte -dijo suavemente el lobo desde el lecho.
¡Oh! -repuso Caperucita-. Había olvidado que visualmente eres tan limitada como un topo. Pero, abuela, ¡qué ojos tan grandes tienes!
– Han visto mucho y han perdonado mucho, querida.
– Y, abuela, ¡qué nariz tan grande tienes!… relativamente hablando, claro está, y a su modo indudablemente atractiva.
– Ha olido mucho y ha perdonado mucho, querida.
– Y… abuela, ¡qué dientes tan grandes tienes!
Respondió el lobo:
– Soy feliz de ser quien soy y lo que soy -y, saltando de la cama, aferró a Caperucita Roja con sus garras, dispuesto a devorarla.
Caperucita gritó; no como resultado de la aparente tendencia del lobo hacia el travestismo, sino por la deliberada invasión que había realizado de su espacio personal.
Sus gritos llegaron a oídos de un operario de la industria maderera (o técnico en combustibles vegetales, como él mismo prefería considerarse) que pasaba por allí. Al entrar en la cabaña, advirtió el revuelo y trató de intervenir. Pero apenas había alzado su hacha cuando tanto el lobo como Caperucita Roja se detuvieron simultáneamente.
– ¿Puede saberse con exactitud qué cree usted que está haciendo? -inquirió Caperucita.
El operario maderero parpadeó e intentó responder, pero las palabras no acudían a sus labios.
– ¿Se cree acaso que puede irrumpir aquí como un Neandertalense cualquiera y delegar su capacidad de reflexión en el arma que lleva consigo? -prosiguió Caperucita-. ¡Sexista! ¡Racista! ¿Cómo se atreve a dar por hecho que las mujeres y los lobos no son capaces de resolver sus propias diferencias sin la ayuda de un hombre?
Al oír el apasionado discurso de Caperucita, la abuela saltó de la panza del lobo, arrebató el hacha al operario maderero y le cortó la cabeza.
Concluida la odisea, Caperucita, la abuela y el lobo creyeron experimentar cierta afinidad en sus objetivos, decidieron instaurar una forma alternativa de comunidad basada en la cooperación y el respeto mutuos y, juntos, vivieron felices en los bosques para siempre.