Aumenta la presión diplomática contra el presidente sirio Bachar el Asad. Estados Unidos, que ha cerrado su embajada; Países Bajos; Bélgica; Francia; Italia; España y los países del Golfo han decidido retirar a su embajador en Damasco. Los miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (Bahréin, Omán, Kuwait, Catar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos) han ido más allá y han exigido a los embajadores sirios que abandonen de inmediato su territorio, según un comunicado del organismo.
Todos los ojos están puestos en la visita del único aliado que le queda a El Asad. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, se ha reunido esta mañana en Damasco con el presidente sirio en medio de una de las ofensivas más duras contra la oposición en la ciudad de Homs, epicentro de las revueltas que comenzaron hace casi un año en Siria.
Serguei Lavrov ha asegurado por su parte a Bachar el Asad que Rusia está dispuesta a buscar una solución al conflicto sobre la “base de la iniciativa de la Liga Árabe”. “Siria necesita la paz, y se debería alcanzar un acuerdo fuera de cualquier intervención extranjera”, ha señalado el ministro ruso tras la reunión, según la agencia oficial Sana.El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, ha declarado que espera de su colega ruso una advertencia clara a las autoridades de Siria para que detengan la ola represora que está causando miles de muertos en la población civil. “Rusia lleva mucha responsabilidad en su equipaje. Esperamos de Moscú que transmita claros mensajes al régimen de El Asad”, ha dicho Westerwelle, para quien el jefe de la diplomacia rusa debe dejar bien claro en Damasco que “la violencia y la represión deben finalizar”. Además, Berlín se plantea el cierre definitivo de la legación tras reducir considerablemente su personal, según ha revelado el ministro germano.
“Los dirigentes de los países deben ser conscientes de su parte de responsabilidad y ustedes son conscientes de la suya”, ha afirmado Lavrov durante su encuentro con El Asad, citado por RIA. “Es de nuestro interés que los pueblos árabes vivan en paz y concordia”, ha añadido.
Lavrov ha llegado este martes a Damasco acompañado por el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior ruso, Mijail Fradkov, con el objetivo de reunirse con El Asad, según ha informado el Ministerio de Exteriores de Moscú. La visita se produce tres días después de que Rusia y China vetaran en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución árabe y occidental en la que se pedía la renuncia de Al Asad.
El objetivo del viaje, según el Ministerio ruso, es buscar “la vía más rápida para la estabilización de la situación en Siria a través de la introducción inmediata de unas reformas democráticas cuyo momento ya ha llegado”. La televisión estatal siria ha mostrado a cientos de personas concentradas en la autovía principal de Damasco para dar la bienvenida a Lavrov.
“El principal objetivo de Rusia es salvar algo de los escombros de El Asad y contener la influencia de Occidente en su principal aliado en el mundo árabe”, comentó este domingo a Reuters Shashank Joshi, del instituto de análisis militar Royal United Services Institute. Moscú tiene en Siria su única base naval.
El secretario general de la Liga Árabe, Nabil Elaraby, ha declarado a Reuters que, durante una conversación que mantuvo este lunes con Lavrov, éste le anunció que presentaría una propuesta a Damasco en nombre del Gobierno ruso.
Mientras, el Consejo Nacional Sirio, que reagrupa al grueso de la oposición en el exterior, y el Ejército Sirio Libre, en el que se han alistado miles de militares desertores, difundieron este martes un comunicado conjunto en el que piden ayuda financiera para luchar contra el régimen.
“Lanzamos un cálido llamamiento a los hombres de negocios para que participen de manera directa y eficaz a la financiación legítima de las operaciones de autodefensa y de protección de áreas civiles llevadas a cabo por el ESL”, reza el texto.
La oposición siria está siendo financiada por las monarquías del Golfo pérsico empezando por Arabia Saudí y Catar. Su llamamiento de hoy está más bien dirigido a los hombres de negocios sirios a los que les pide apoyo financiero a cambio, se supone, de no pedirles cuentas cuando caiga el régimen del presidente El Asad. Es también una manera de obligarles a tomar partido y tratar de acelerar el desmoronamiento del régimen.
El Gobierno chino baraja por su parte la posibilidad de enviar un emisario a Oriente Próximo para discutir la crisis en Siria, según ha indicado este martes su Ministerio de Exteriores, en un intento por calmar las críticas tras su veto a la resolución respaldada por la Liga Árabe en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El país.