La perspectiva de una independencia de Escocia preocupa a la Unión Europea, que teme que el efecto se extienda a otras regiones independentistas y a término modifique las fronteras y los equilibrios políticos de Europa.
Los independentistas de Catatuña o Flandes miran el referendo escocés de esta semana con esperanza mientras que en Bruselas lo observan con preocupación.
Los responsables europeos aseguran que Escocia, así como cualquier otra región que declare su independencia, quedará de hecho fuera de la Unión y deberá iniciar entonces un proceso de adhesión.
AFP